Desde pequeños nos han inculcado la importancia de lavarnos los dientes por la mañana, después de comer y antes de irnos a dormir para así combatir la aparición de sarro, gingivitis y, sobre todo, caries. A esta idea se le suma la necesidad de utilizar un cepillo potente y una buena cantidad de pasta que deje un sabor de boca fresco.
Es posible que, teniendo en cuenta esta técnica, muchos adultos crean que su higiene bucal y su método de cepillado son correctos, y probablemente tú también lo pienses. Sin embargo, puedes llevarte una sorpresa al leer esta lista de errores comunes que se cometen al lavarnos los dientes y que pueden dejarnos expuestos a molestas enfermedades.
- Realizar un cepillado breve. No vale únicamente el frescor de la pasta de dientes en la boca. Los cepillados de 20 segundos suponen una limpieza superficial que, además, traslada los restos de comida de un lugar a otro. El tiempo mínimo de cepillado debe oscilar entre los dos y tres minutos.
- Mojar el cepillo. Es conveniente que el cepillo esté seco para que, de este modo, arrastre mejor la suciedad y se eliminen los restos de alimentos.
- Frotar los dientes con movimientos horizontales. Para una correcta eliminación de la placa bacteriana debemos efectuar con el cepillo un movimiento de barrido desde la encía hasta el borde del diente, es decir, verticalmente.
- No limpiar las encías. Son una parte esencial durante el cepillado y se desconoce por completo. Para su correcta higiene, además de usar hilo dental o cepillos interdentales, debemos frotar con suavidad en movimientos horizontales.
- No limpiar la lengua. La tarea de lavarte los dientes debe incluir también el repaso por la lengua, donde se acumulan restos de comida que pueden dar lugar a bacterias que causan mal olor. Para limpiar la lengua debemos pasar el cepillo con un movimiento de barrido desde el fondo hasta el exterior.
- Olvidar la cara interior de los dientes. Muchas caries salen por esta parte menos visible. Debemos limpiar la cara interna de nuestros dientes con movimientos verticales de barrido que arrastren la suciedad, como hacemos con la parte externa.
- No seguir una frecuencia fija. Si al lavarte los dientes no sigues siempre el mismo orden lo más probable es que olvides zonas. Debemos dividir la boca en cuatro secciones: dos superiores y dos inferiores, así como llevar siempre el mismo orden, de arriba abajo y de afuera hacia adentro.
- Prolongar demasiado la vida del cepillo de dientes. El tiempo máximo de vida útil de un cepillo de dientes es de dos a tres meses.
- Usar demasiada pasta de dientes. Con la cantidad equivalente a un guisante es más que suficiente para lavarse los dientes en profundidad. La limpieza depende más de los movimientos que de la crema dental.
Evitando estos errores y visitando a tu dentista cada seis meses, conseguirás una completa salud e higiene bucal en tu día a día.